7 secretos para perfeccionar tu ‘elevator pitch’

Consejos para conseguir un discurso con gancho y convencer a un inversor para que compre tu idea de negocio en menos de tres

La sociedad actual es inmediata, llena de interrupciones e imprevista. En cualquier momento puede surgir la oportunidad que estabas esperando. Imagínate que eres emprendedor y buscas financiación para tu proyecto. Un sábado, disfrutando de una fiesta pirata en la playa con tus colegas coincides con tu inversor deseado. ¿Qué harías? Y, sobre todo, ¿cómo le abordarías si tomaras la oportunidad de presentarle tu idea?

Estas situaciones inesperadas surgen más a menudo de lo que podemos prever. Muchos emprendedores no aprovechan el encuentro fortuito con el inversor, el socio o sus clientes porque se sienten perplejos, acongojados, poco dispuestos y temen causar una mala impresión.

En cambio, los emprendedores que despliegan velas para explicar su idea en los lugares y situaciones más insospechadas coinciden en tener un discurso sereno, atrevido, sentido del humor, y sobre todo pasión por conseguir. Han practicado el discurso sin reposo y, por lo tanto, saben cómo marcar la diferencia, aprender del error y dejar rastro, incluso disfrazados de pirata. En otras palabras, saben impactar a su interlocutor en un primer encontronazo y cautivarle a saber más mostrando su lado más sexy y diferenciador.

¿Qué es un “ELEVATOR PITCH?
‘Elevator Pitch’ consiste en presentar tu proyecto o negocio en tiempo récord (unos 3 minutos, idealmente), con gancho y pasión ante un interlocutor; no importa el contexto en el que éste se encuentre. En resumen, el lugar y las circunstancias no atañen. Lo que importa es que te atrevas a aprovechar esa oportunidad magnífica que se te presenta sin avisar.

Me gusta hablar de los 7 secretos para un discurso con gancho. Se trata de 7 secretos, que bien trabajados, te prepararán para tener un discurso franco, sosegado y en línea con tu estilo y valores.

1. Levar anclas
Atrévete a mantener una conversación entre piratas que alimente la ilusión y la curiosidad de tu oyente por saber más de ti. Cuando percibas que el inversor ya está seducido y quiera saber más de ti, leva anclas y rétale a buscar un tesoro perdido en una isla desierta. Así podrás motivar un nuevo encuentro para concretar motivaciones compartidas.

2. ¡Ojo al parche!
Antes de acercarte al inversor durante la fiesta pirata podrías dedicar 10 minutos a observar cómo va vestido, con quién está, qué come, qué bebe y hacer de detective por un momento preguntando a quienes puedan conocerle. Cuanta más información tengas, mejor sabrás cuando ir al abordaje.

3. ¡Al abordaje!
Recuerda que estás en una fiesta pirata. Pregúntate cómo puedes dejar huella y asegurarte de que el inversor te recuerde. El contexto es divertido y tu pillaje pirata también podría serlo.

4. Yo-ho-ho
Simplemente métete en el papel de pirata o el que sea. Céntrate en tu objetivo y actúa desde el pirata que reside en ti. Seguro que se te ocurre un cuento o anécdota para que vivas, junto con tu inversor, una aventura para recordar.

5. No pienses sólo en tu botín
La línea recta no es siempre el camino más rápido para lograr tu objetivo. En vez de hablar de ti y de tu proyecto podrías mantener una conversación cercana con tu inversor para conocer sus inquietudes e intereses. Te ayudará a saber cómo enfocar el próximo encuentro y cómo presentarle tus ideas.

6. Danzar con piratas
Las conversaciones íntimas construyen relación. Déjate llevar y danza en la charla siendo todo oídos e intuición. Descubrirás los grandes tesoros de tu inversor. Los diálogos íntimos construyen relaciones sólidas y de confianza.

7. Discurso piratesco
Adapta tu discurso al ambiente en el que estás y repasa tus mensajes clave para lanzar los cañones sobre tu negocio con fuerza. Respira, interioriza y practica a toda vela.

Hay oportunidades que salen y otras que tú puedes motivar. Aquí unos cuantos trucos más. Sea cual sea el contexto en el que te encuentres, si tienes la respuesta a estas 7 preguntas tu discurso tendrá gancho para enamorar a tu audiencia y persuadirla. ¡Al abordaje!