Vales lo que tú te valoras. Así es. Te lo digo muy directo y sé que es duro leerlo y también una realidad como una casa. Repite esta frase para que te cale bien adentro.
Una clienta, tras enviarle mi propuesta para acompañarla en la elaboración de su propuesta de valor, me escribió por correo electrónico: “tus honorarios son muy altos para entidades, causas y emprendedores sociales”.
Es un correo electrónico que me duele recibir porque cuestiona mi valor y aún más el precio que yo asigno a mis servicios. Precios que he definido con criterio y no al tum tum.
Dejando de lado mis emociones, tuve clara mi respuesta:
⭐️“Estoy adaptando mis servicios a los diferentes formatos, que requieren mayor a menor dedicación por mi parte y por lo tanto con tarifas bajas, medias y premium, ya que soy consciente de las diferentes necesidades y del presupuesto de las entidades y las causas como la tuya”
⭐️“Los servicios premium son los que requieren más de mi tiempo y dedicación, con un trato personalizado, y por lo tanto los honorarios son más altos con resultados más rápidos y palpables”.
⭐️“La escuela online ‘El arte de pedir’, que cuenta ya con más de 200 alumnos, tiene como objetivo poner a disposición de las entidades cursos y recursos online de alto impacto y asequibles para cualquier entidad y bolsillo”.
⭐️“También sé que aporto mucho valor, años de experiencia y muchas y muchas horas revisando propuestas de valor de proyectos que han dado un salto muy relevante y han captado fondos de manera significativa”.
⭐️“De alguna manera, cuando me sumo a un proyecto y pongo mi experiencia y conocimiento al servicio de la causa les acorto los tiempos y les reduzco los esfuerzos para alcanzar sus objetivos. El ahorro de tiempo y de energía también supone un ahorro de dinero para estas entidades y también lo supondría para ti”.
En resumen, lo que le estaba diciendo a esta clienta es que mis servicios y tarifas, bien variadas, son las que son y sobre todo son baratísimas si tienes en cuenta el impacto en las entidades. Si estas entidades hicieran por sí mismas esta labor puede que eternizaran el proceso o tal vez jamás alcanzaran las metas que lograrían trabajando conmigo, con mayor o menor dedicación directa por mi parte.
Ponte en valor.
Lo repito. Es normal y habitual que tu cliente, tu partner o tu proveedor quiera negociar los términos de la propuesta. Es humana esta reacción. Y también es humano y digno que te pongas en valor sin caer en infravalorarte o negociar a la baja unas tarifas que son las que tú has establecido en línea con tu experiencia, aporte y conocimientos de toda tu vida.
Tan digno es que quieran negociar a la baja tus precios como que tú enfatices tu valor y sobre todo tu aporte con empatía, proximidad y buenas maneras, manteniéndote fiel a ti mismo/a.
Además, es genial que te elijan aquellos clientes que te valoran y aceptan tus condiciones, sin mendigarte los honorarios. El cliente ideal es el que suma y no te resta valor. Si el cliente no te reconoce, una opción es apartarte de él y no regalarle tu tiempo.
En cambio, si aceptas a clientes que no te valoran, es decir, que no te pagan lo que vales, de alguna manera el que no se está valorando eres tú. Si no te valoras, no te respetas.
Entonces, ¿cómo esperas que los demás respeten y te paguen lo que vales?
La comunicación: la vía para lograrlo.
Una fórmula que me está funcionando es decirlo. Estas últimas semanas un cliente de confianza no ha aceptado mis nuevas tarifas. En 3 años he crecido mucho y las tarifas también. A los clientes históricos les tengo mucho cariño porque confiaron en mí en mis inicios.
Con este cliente he tenido la difícil conversación de pedirle que se ajusten a los nuevos honorarios. Lo han rechazado por diversas circunstancias. ¡Es un buen tortazo emocional! Que te acompañaran en los inicios, no significa que quieran hacerlo y puedan pagarlo en tu etapa de crecimiento. ¡Qué duro! A veces lo más duro es que pueden pagarlo y no quieren. Grrrr.
En estos casos puedes decidir romper la relación o compensar la parte que no te pagan con acciones de comunicación y visibilidad que te permitan monetizar la colaboración y mantener la relación viva en beneficio mutuo.
Para mi lo más importante es valorarme y decirlo con franqueza, contundencia, y buenas palabras. También creo que, dentro de lo posible, es importante ser coherente con los precios que ofreces a tus clientes. ¿Por qué un cliente debería pagar por un mismo servicio un precio y otros, otro precio más bajo? Esta consistencia me genera paz y un sentimiento de equidad.
Obviamente otra cosa es que tu cliente no tenga el presupuesto. En estos casos, contar con recursos y cursos online es una opción maravillosa para que el método ‘El arte de pedir’ se cuele en todas las entidades, empresas y profesionales de este mundo, dándoles opciones de aprendizaje y de experiencia en línea con sus capacidades económicas.
Valórate y punto.
Este es mi mensaje para ti. Y habla de dinero con naturalidad siendo fiel a tu aporte, valor y experiencia porque ese es el tesoro que das y se llevan los que pasan por tu vida.
La campaña de L’Oreal siempre me ha gustado: porque tú lo vales.
Agenda una Sesión de Diagnóstico gratuita en la que analizaremos tus retos actuales y veremos cómo te puedo ayudar.
Si tienes alguna duda o pregunta, déjamela en comentarios y te responderé encantada.
Un abrazo,
Silvia