Estoy diciendo que sí a todo lo que me llega. Si alguien piensa en mí y me pide ayuda o colaboración, digo que sí. En otras palabras, estoy diciendo que sí a lo que el universo me da y estoy diciendo que sí a los que piensan en mí y me piden algo concreto.
Es un si con condiciones. Un sí pensado y reposado. No se trata de un sí a ciegas. Hay una reflexión previa sobre a qué digo que sí y a qué digo que no.
Últimamente me han pedido que ejerza como consultora para asesorar a causas de todo tipo a diseñar y ejecutar sus planes de captación de fondos. Inicialmente, sin pensarlo mucho, quería decir que no por varios motivos:
-no me apetecía entrar en los detalles de una organización como voz externa sin poder ver el impacto en el largo plazo.
-no quería ser la consultora única de la causa y vivirlo como un proceso en solitario. Me gusta sumar al proyecto las experiencias y conocimientos de otros consultores.
En definitiva, dije sí quiero con algunas condiciones que para mí son importantes:
-poner el foco en el seguimiento del proyecto de consultoría para poder así evaluar el impacto
-trabajar en equipo, de la mano de otros consultores, y aprender y crecer con ellos como profesional del fundraising
A qué dices que sí? Y a qué dices qué no? Son dos grandes preguntas que te pueden ayudar a tomar decisiones. Muchas veces decimos que sí o qué no sin haber reflexionado. Esta técnica te permitirá decidir y elegir con intención.