Esta semana he completado el proceso de rehabilitación de mi hombro.¡GRACIAS! Así de simple. Es de bien nacido ser agradecido. Yo simplemente he renacido y quiero agradecer el apoyo y cuidados que he recibido de médicos, enfermeros, cirujanos, fisioterapeutas, osteopatas, masajistas y de todo el personal sanitario, desde mi fatídico accidente de moto el pasado mes de febrero.
GRACIAS por estar conmigo. Ahora entiendo mejor lo qué hacéis y lo que sois. Habíais sido casi invisibles para mí y ahora que os he conocido sois mis héroes visibles. Os abrazo y os quiero.
Han sido meses duros y dolorosos. No he estado bien y lo he dicho sin máscaras ni secretos. Me ha costado mucho expresarlo y celebro haberlo conseguido. He tenido miedos, frustraciones y sentimiento de rabia. Y también he tenido tiempo para pensar. Mi cuerpo ha sido mi mejor termómetro y ésta vez le he prestado más atención para entender mis necesidades.
He aprendido a soltar el control, a pedir ayuda, y a evitar crear en mi mente expectativas irreales. Mis relaciones con los demás han cambiado. Eso creo yo. He mostrado mi fragilidad y vulnerabilidad, y abierto mi parte más humana. Me he dado cuenta de lo importante que es pedir ayuda, sin esperar recibirla, y sin exigirla. De algunas personas me he acercado y de otras me he alejado, y está bien.
Te diré que doy GRACIAS a este accidente de moto. Es una locura lo que digo. Lo sé. Y también sé que GRACIAS a este accidente he renacido y aprendido lecciones de vida que me han permitido crecer, y estar y aceptar situaciones incomodas, desconocidas e inciertas.
Estoy enchufada a la vida. Y quiero decidir yo el guión y melodía. Esta determinación es más fuerte ahora porque sé que mi destino sigue haciendo su camino. Cada día abrazo más la vida y abrazo a los que me rodeáis. GRACIAS por encadenar tus brazos con los míos y GRACIAS por haber leído mis artículos estos últimos meses. Saber que mis palabras creaban diálogo y conexión me ha dado aún más vida. ¡Una vida llena de colores e intensidad!