¿Te es familiar la presión diaria para conseguir nuevos clientes? ¿Cuántos clientes nuevos has hecho hoy? Seguramente si eres comercial de empresa, ya sea propia o ajena, esta pregunta te suena. Es una presión diaria para conseguir nuevos clientes que quizás te llega de distintos frentes. Puede que quien te aprieta las tuercas sea tu jefe, el jefe de tu jefe, la competencia entre compañeros, las novedades y acciones de la competencia e incluso de ti mismo.
Hay un tipo de presión que es positiva y que ayuda a que los vendedores y equipos comerciales se pongan las pilas y no se duerman en los laureles. Es sano e incluso motivador saber que hay unos desafíos comerciales realistas y también un reto para estirar las habilidades y potencial de los vendedores.
Si esa presión aumenta y aumenta, llega un momento en que se supera una línea fina que puede convertir la presión sana y productiva en una pesadilla y en un virus que mate las ganas y el empuje de los vendedores. ¿Qué alertas nos avisan de que la presión comercial es demasiado elevada e incluso tóxica? Te enumero algunas que seguro que te resultan familiares:
- Tus sueños se convierten en pesadillas. No puedes dormir por las noches y tu mente está en bucle repitiendo el mismo cuento chino. En otras palabras, te autoflajelas.
- El miedo en ti está tan presente que estás bloqueado, paralizado y prácticamente congelado. No pasas a la acción y retrasas tareas clave porque tus temores están invadiendo tu cuerpo y tu mente.
- Fuera de las horas de trabajo, te sientes agotado y sin fuerzas, no crees en ti, y te cuesta salir y relacionarte con tu círculo de amigos y conocidos.
- Tu salud no pinta bien y sientes que el cuerpo está enfermando como señal de que algo no va bien.
¿Cómo conseguir vencer la presión comercial?
- El cambio empieza en ti. Respira y reflexiona sobre lo que te está pasando y pregúntate qué mensajes te dices a ti mismo y cómo se siente tu cuerpo. Es importante que seas consciente de tus diálogos tóxicos contigo mismo y les des la vuelta. Recuerda que lo que piensas se convierte en realidad y se proyecta en los demás, ya sean tus clientes, tus superiores o tus compañeros de oficina.
- Reconoce tus fortalezas y refuérzalas. Deja de fijarte en lo que te falta y deja de culpar a los demás por tus carencias, y celebra y potencia las fortalezas que ya tienes para conseguir los objetivos de ventas. Mírate al espejo y dite en voz alta ‘soy un vendedor de narices’. Este ejercicio te dará confianza y potenciará aún más tu autoestima.
- Habla con tus superiores sobre cómo te afecta la presión y céntrate en expresar cómo puedes sentirte más motivado y con pilas para vender. Nombrar lo que pasa es parte de la solución, aunque no pongas mucha energía en quejarte o criticar lo que pasa. Te recomiendo que expreses qué beneficios aportará bajar la presión en el entorno de trabajo.
- Irradia optimismo. El optimismo te mantendrá ocupado y no simplemente preocupado. Además, tú buen rollo se transmitirá como la pólvora entre tus clientes, jefes, colegas e incluso en tus relaciones personales. Y si no llegas a tus objetivos siempre podrás decir que lo intentaste todo, sin bajar la guardia ni tirar la toalla. Cada experiencia será un aprendizaje y una aventura que disfrutaras sintiéndote bien contigo mismo y haciendo sentir bien a los que te rodean.
Acepta que como comercial siempre vivirás tu profesión rodeado de presión. La clave está en diferenciar y detectar entre la presión sana y la tóxica. Y también en tu actitud para sacar el lado positivo a cada situación y vencer la presión comercial.
A veces es necesario contar con ayuda externa para ganar perspectiva y conseguir tus objetivos comerciales, vender más, sentirte motivado como comercial y saber superar los momentos difíciles y de presión.
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