Me lo pido. Quiero ser yo misma. Y ahora entiendo que para ser uno mismo tienes que conocerte a fondo y sobre todo aceptarte, con todo lo que ello supone. Es un viaje apasionante y también atormentador por las fuertes emociones que se encienden. A mí me ha costado lo mío saber quién soy. ¿Y quién soy? Soy experta en el Arte de Pedir, y muchas cosas más. Definirme así como profesional me ha llevado tiempo, sudor y lágrimas. Y hoy lo celebro contigo porque me has ayudado a verme y a creer en mí. Yo no lo veía o no lo quería ver. Además me siento satisfecha de apostar por mis proyectos y sueños, y de ser útil a los demás enseñando este virtuoso Arte. Gracias por darme ese empujón que sola no habría dado con tanta ilusión y empeño.
¿Y qué me define? Pedazo pregunta. Soy mujer. Esto está claro. Soy emprendedora. No lo sé. Tal vez tengo empuje e iniciativa. Una tia echada para adelante. También atrevida y superviviente. Muchos dicen que soy teatrera. Seguramente muchas palabras definen mis fortalezas y otras mis debilidades. Soy tozuda. Me cuesta horrores pedir ayuda y puedo llegar a ser complaciente para ser querida y aceptada. Me queda aún mucho por crecer y me encanta que así sea. Hay que leerse la cartilla incluyendo todo lo que somos. En una formación de liderazgo me sentí identificada con dos palabras que hoy aún me definen: ‘serene shaker’ (sacudidora serena). ¡Toma ya! Eso pensé yo. Ser serena y también alguien que remueve, sacude, mueve a los demás. ¿Y esto cómo se entiende? Parecen dos polos opuestos y es todo lo contrario. Sacudir y mover a las personas requiere serenidad, y una mirada compasiva y limpia conmigo misma y con los demás. La serenidad conecta con el ser y el mover a los demás con la acción -el hacer- que desde esa paz interior alcanzamos. ¡Pareja perfecta para pedir y conseguir lo que te propongas!
Ahí va mi verdad. No siempre he sido serena y alguien que mueve a los demás. Ni de coña. El primer reto fue removerme a mi misma y despertar y avivar esa serenidad dormida para mirarme a la cara y aceptarme sin tapujos ni maquillajes. Vaya lo que me ha costado. Durante 20 años he trabajado en comunicación corporativa y fundraising (captación de fondos) en organizaciones de reconocido prestigio a cambio de un sueldo. He tenido momentos de todo, momentos de ole y momentos de ‘qué carajo hago aquí’. Antes de dar el salto para dedicarme 100% al Arte de Pedir estuve perdida, resignada, frustrada y agotada. Me levantaba por las mañanas apagada. Reconozco que durante algunos años fui una zombie corporativa resignada, que había tirado la toalla, era adicta a la nómina y al bonus, y cuyo cargo escrito en la tarjeta de visita era lo único que la definía. Te va a sorprender saber que esos fueron años clave para mí. Momentos vitamina. Con una ex compañera de trabajo de esa época lo definimos como tiempos de iluminación y visualización. A pesar de las circunstancias y el contexto, ambas dimos pasos valientes para reconectar con nosotras mismas. Fue como estar en un laboratorio buscando nuestra nueva fórmula y testearla. Me formé como coach coactiva, creé la marca el Arte de Pedir, impartí conferencias y talleres en foros de captación y ventas. También regalé sesiones de coaching para enseñar las habilidades de un buen ‘Pedir-ólogo’ con alma. Practique y crecí. Saboreé lo que es apostar por mis sueños. Ahora agradezco todo lo que pasó y todas las emociones duras y puras que sentí. Podría haber tirado la toalla, rendirme de verdad y culpar a los demás de mis desgracias, y decidí plantarle cara al miedo, enamorarme de mi misma de nuevo y crecer equivocándome y aprendiendo de cada paso y avance.
¿Y ahora qué? He dicho adiós a la nómina y a la cuenta nómina, y estoy dedicada de pleno a impartir conferencias, talleres, sesiones de coaching y acompañamiento a los que piden para seducir y conseguir sus objetivos, ya sean captadores de fondos, vendedores, emprendedores y aquellos que están buscando un cambio profesional. Me encanta lo que hago y lo mucho que aprendo de mis clientes. Ahora siento que soy de verdad, que mis proyectos son de verdad.
También es verdad que estreno nueva imagen corporativa. Y quiero que lo sepas. Tus comentarios y feedback me han ayudado a elegir. Me identifico con ella por su frescura, por sus círculos virtuosos que lo incluyen todo y por el colorido y chispa. Celebro contigo atreverme a hacer lo que más me gusta y espero que este articulo te de luz y sobre todo coraje para enfrentarte a los momentos difíciles con una mirada de oportunidad y aprendizaje. ¡A veces hay que tocar fondo para decidir qué camino emprender!
Gracias por seguirme y por pedirme que te enseñe el apasionante Arte de Pedir.
Un abrazo y escríbeme a silvia@silviabueso.com si quieres pedir para conseguir.