Hay organizaciones que piden.
Y hay organizaciones que piden con alma, con método y con mirada estratégica.
Hoy te quiero hablar de una de ellas: La Rueca Asociación, una entidad con más de 35 años de trayectoria que se levanta cada día con un objetivo claro: Impulsar a personas jóvenes a desarrollar su talento, principalmente a través de oportunidades educativas y laborales, mediante la innovación y el fortalecimiento de sus comunidades.
Y con un propósito en su horizonte: 1000 jóvenes, 1000 oportunidades para el cambio en 2030.
Y si has leído hasta aquí, ya intuyes que La Rueca no es una organización cualquiera.
Lo suyo es pura coherencia entre lo que hacen y lo que dicen. Pero como en tantas otras organizaciones del tercer sector, había algo que no terminaba de encajar: la dificultad para expresar con claridad su valor, para transmitir su impacto real y para pedir apoyos sin quedarse sin aliento.
El arte de pedir no es solo una formación: es una transformación
La Rueca decidió apostar por una formación en El arte de pedir, con un objetivo claro:
- Construir una propuesta de valor memorable con el método de los 4 porqués
- Integrar una cultura interna de “todos pedimos”
- Y lo más importante: pedir sin vergüenza, con convicción y estrategia.
Durante la formación trabajamos con su equipo para identificar qué hace única a La Rueca Asociación, qué la hace inolvidable, y cómo transmitir su propósito para lograr más alianzas, más financiación y más compromiso colectivo.
Y ahí llegó la magia. No por arte de magia, sino por arte de trabajo, introspección y acción.
- Descubrieron que su propuesta no era solo potente, sino que al verbalizarla bien… ¡ganaba impacto!
- Aprendieron que pedir no es rogar, es liderar.
- Y sobre todo, comprobaron que cuando todos dentro de la organización se sienten parte del relato, ese relato se vuelve imparable.
Lo que ha cambiado desde dentro
Como decía uno de sus profesionales durante la formación: “Ahora cuando pedimos, lo hacemos con la cabeza alta. Porque sabemos exactamente lo que ofrecemos, a quién beneficia, cómo lo hacemos y qué resultados logramos”.
La Rueca Asociación ha empezado a implementar una cultura compartida de petición estratégica.
Ya no es solo el equipo de dirección o captación de fondos quien pide: lo hace cada persona desde su área, desde su responsabilidad, desde su compromiso con el futuro de quienes acompañan.
Y en palabras de Antonio Llorente, su director general:
“La formación de El arte de pedir ha supuesto un antes y un después. Nos ha permitido poner palabras a nuestro propósito y nos ha hecho más conscientes del impacto que generamos. Pero lo más importante: ha fortalecido el compromiso de toda la organización con nuestra sostenibilidad y crecimiento.”
Porque sí, pedir bien cambia las cosas
Si algo me llevo yo, como formadora, es la certeza de que cuando una organización se atreve a alinear mente, corazón y acción… todo fluye mejor.
Y eso es lo que ha hecho La Rueca Asociación:
- Ha dejado de pedir con miedo para pedir con estrategia.
- Ha dejado de esconder su valor para compartirlo con orgullo.
- Ha dejado de esperar... para pasar a accionar.
Y eso, queridx pedirólogx, es El arte de pedir en su máxima expresión.
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