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Igual que pasa con el mal tiempo… Al mal virus buena cara

Artículo preparado conjuntamente por Silvia Bueso, conferenciante, formadora y mentora de el método ‘El arte de pedir’, Daniel Ortega, CEO de Inspiradores de Cambio, y Susana Morales, creadora del método Power Booster.

¿Confinar? Hace apenas unos días esta palabra era una más entre las tantas que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua. De repente, las circunstancias de la vida y por el bien colectivo, estamos conjugando la palabra confinar a todas horas.

1. tr. Desterrar a alguien, señalándole una residencia obligatoria.

2. tr. Recluir algo o a alguien dentro de límites. U. t. c. prnl.

3. intr. lindar (‖ estar contiguo).

Está claro que, cuando uno está en libertad, confinar no es una palabra habitual en nuestras conversaciones cotidianas y profesionales. Sin embargo, queremos rendir tributo a las tantas y tantas personas que viven en aislamiento permanente. Hemos pensado en ellas al preparar este artículo. Son héroes y heroínas invisibles, cuyas historias tal vez no conocemos y reconocemos, y que, de repente y dadas las circunstancias de encierro que estamos viviendo, sus enseñanzas nos llegan como un tesoro para saber afrontar el confinamiento con la mejor actitud.

Por darte algunos ejemplos, nos referimos a las monjas de clausura, los navegantes, las personas encarceladas, los niñ@ enfermos de cáncer que tanto cuida la Fundación Juegaterapia, y los mineros, y tantos otros profesionales que acumulan horas de reclusión en sus espaldas. En los últimos días se ha hecho viral un hilo de Twitter de un marino vasco, Andoni, que comparte sus aprendizajes para ayudarnos a capear momentos de convivencia difícil.

No es un campo de rosas tener que convivir en una situación de reclutamiento forzado y sin haber elegido dónde y con quién confinar. Además la mayoría no contamos con espacios de fuga y escape. Seguramente aumenten los embarazos, y tal vez también los divorcios y las tensiones en los hogares familiares. Este artículo no te ofrece soluciones mágicas para que en lo que tarda en salir el conejo de la chistera este retiro forzado se convierta en el retiro de tus sueños. Lo que sí sabemos es que está en tus manos decidir cómo vivir este confinamiento y sobre todo cómo relacionarte contigo mismo y los demás para aprovechar que las aguas están movidas para sacar la mejor versión de ti, con tu mejor sonrisa y actitud.

  1. Nombra, reconoce y comparte cómo te sientes

Por supuesto tienes todo el derecho a la pataleta, a la queja y a lanzar culpas a destajo. Es humano sentir miedo, estar angustiado y enfadado. Nombrar tus miedos es un gran paso para liberar tus emociones y compartirlas te conectará con personas que seguramente tienen esa misma sensación que tú. Si algo nos enseña esta crisis es que nos afecta a todos por igual. Al expresar cómo te sientes ante otras personas abrirás conversaciones poderosas de conexión humana y vulnerabilidad. El gran regalo de esta crisis es la necesidad enorme que tenemos de conectar, de compartir y de crecer como personas. Te invitamos a que compartas cómo te sientes con las personas que tú decidas y respondas a la siguiente pregunta: ‘Si tu emoción o sentimiento fuera un objeto- ¿cuál sería?.

2. Abre conversaciones ricas y positivas

Tienes la oportunidad de mantener conversaciones con las personas que tú quieras. La tecnología nos permite sentir cerca a personas que están lejos. Es probable que esta situación inesperada te esté permitiendo conocerte a ti mismo, y también dialogar con tu pareja, con tus hijos o incluso conocer a tus vecinos, que hasta ahora apenas ponías cara, y tal vez cada día saludas, a las 20 horas, al asomarte por el balcón para aplaudir y expresar el apoyo a todos los que están luchando contra el virus.

3. Las palabras importan

En estos momentos los reproches, las culpas, las riñas, los gritos y las palabras feas no suman. Simplemente restan. Nos sacan energía de la buena y nos agota emocionalmente la tensión que nosotros mismos hemos creado. Cambia el chip y dale una vuelta a tu manera de comunicar. Dile bye-bye a las discusiones que no te llevan a ningún lugar y elige comunicar sin que las emociones te dominen. Comunicar desde la reacción calienta el ambiente, sin que tengas espacios para tomarte un respiro. Una cosa es decir: ‘no me grites’ y otra bien distinta es decir ‘me siento agobiada cuando me gritas y necesito que bajes el tono de voz’. 

4. Mil motivos para celebrar y reconocer

Nuestra recomendación es que te hagas una lista con todo lo que celebras. Seguro que esta experiencia única te está enseñando mucho sobre ti y tu manera de enfrentarte a esta imprevista circunstancia. Celebra los pequeños detalles. Agradece el espacio que tienes, esa foto de tu último viaje y esos Whatspp de amigos que te regalan momentos de carcajada. Y aprovecha para reconocer lo que te gusta de las personas que tienes a tu alrededor. Cuando reconocemos la magia de cada persona y se lo decimos, le estamos expresando que nos importa, que la tomamos en cuenta y que celebramos quién es, sin quererla cambiar.

5. Positiviza y conecta con tu para qué

No podemos cambiar la realidad. Es la que es. Te invitamos a conectar con tu propósito, sea cual sea, y desde ahí ver qué puedes aportar en el contexto actual. Esta crisis está dando mucha fuerza a la palabra dar. Es impresionante la cantidad de gente que se ha sentido apelada a ayudar de forma desinteresada. De alguna manera, muchas personas han encontrado su para qué y han pasado a la acción siendo parte de la solución. La Plataforma del Voluntariado de España (PVE) ha comunicado, a través de su directora Mar Amate, que están viviendo una “avalancha de solidaridad” ante la crisis del coronavirus, con un significativo aumento de llamadas y correos de personas que quieren ofrecerse voluntarias para ayudar en lo que sea necesario para frenar la expansión del coronavirus en el país.

Los tiempos han cambiado. Aceptemos que la palabra confinar estará en nuestra boca durante un tiempo y seguirá siendo protagonista. Si algo bueno le debemos a esta crisis es que somos conscientes de que un mundo distinto es posible y que desde el darnos y ayudarnos mutuamente conseguiremos superar las adversidades y gritar al mundo: ‘somos una sociedad solidaria, generosa, plena y consciente’. Como dice Victor E. Frank, ‘lo importante no es lo que esperamos de la vida, sino más bien lo que la vida espera de nosotros’.

Si alguien sabe de psicología positiva y de la vida es Viktor E. Frankl, neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco, fundador de la logoterapia y análisis existencial. Sus frases son pura vitamina en los tiempos que estamos viviendo.

Muy recomendable la entrevista a Antonio Bulbena en la Contra de La Vanguardia con el título: Es el momento de saber qué queremos en la vida

¡Adelante, pedirólogos! ¡Al mal virus, buena cara!

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Silvia Bueso

Soy conferenciante, formadora y coach, experta en ‘El arte de pedir’. Te enseño a pedir y conseguir tus objetivos, sin tener que pedir. Despierto la magia de pedirólogos en potencia con mis artículos, talleres y conferencias.

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